Las autoridades chinas han anunciado el confinamiento de gran parte de la ciudad de Shenzhen, una gigantesca urbe de 17 millones de habitantes situada al sureste del país y sede de importantes empresas tecnológicas como Huawei o Tencent, por un brote de Covid-19 que han catalogado como el peor desde el inicio de la pandemia.
La cuarentena fue decretada después de la notificación de 66 nuevos casos de coronavirus y la explosión de la variante ómicron. Entra en vigor a partir de este 14 de marzo y estará vigente, al menos, hasta el día 20. En este período todo el transporte de la ciudad y los edificios residenciales permanecerán clausurados, se impondrá el teletrabajo, los negocios no esenciales estarán cerrados y se someterá a cada habitante a tres rondas de pruebas PCR.
Shenzhen es la ciudad más grande y con mayor importancia económica en la que se imponen este tipo de restricciones. Además de acoger a gigantes tecnológicos, se trata también de uno de los principales puertos del país, lo que podría afectar a la cadena mundial de suministros.