Dark Light
Una joya de la ingeniería nacional que dejó huella en la historia

En un mundo dominado por las grandes potencias automotrices, México se erige como un país que, a lo largo de su historia, ha sido conocido por importar vehículos de renombre internacional. Sin embargo, en un rincón de la historia de la industria automotriz mexicana se encuentra un tesoro casi olvidado: la camioneta Ramírez Rural 750, un vehículo único y completamente mexicano que se ideó, diseñó y fabricó en suelo nacional entre 1965 y 1975.

Durante casi 150 años de producción de automóviles en el mundo, México no se ha destacado por concebir, diseñar y fabricar vehículos completamente nacionales. Aunque en tiempos recientes han surgido excepciones, como compactos caros, deportivos inalcanzables y camiones de pasajeros, ninguno de ellos se compara con la singularidad del Ramírez Rural 750.

La camioneta Ramírez Rural 750 fue el producto de la visión de Gregorio Ramírez, dueño de la compañía Trailers de Monterrey, famosa por sus legendarios autobuses de pasajeros Sultana, conocidos como los “reyes de las carreteras nacionales” gracias a su diseño de doble piso, panorámico y distintivo.

El Rural 750, uno de los pocos ejemplares que aún existen, presenta características que recuerdan a los tráilers y camiones de gran tamaño fabricados por la misma empresa en aquellos años. Sus espejos laterales, fascias y rines reflejan la influencia de la experiencia de Trailers de Monterrey en la fabricación de vehículos de gran envergadura.

Inspirados en modelos estadounidenses como Jeep y Bronco, los ingenieros de Trailers de Monterrey diseñaron la camioneta Rural 750 con líneas similares a las de Ford y equipada con resistentes muelles, al estilo del Jeep, lo que le confería una robustez excepcional. Esta combinación de resistencia, funcionalidad y atractivo estético la convirtió en una opción atractiva para los mexicanos que necesitaban un vehículo resistente para el trabajo o las aventuras en el campo con la familia.

A pesar de sus prometedoras cualidades, la producción del Ramírez Rural 750 se limitó a unas escasas 1,000 unidades, una cifra sorprendentemente baja teniendo en cuenta su potencial en el mercado. Hoy en día, las pocas unidades que han sobrevivido alcanzan precios que superan los 650,000 pesos en el mercado de autos clásicos y de colección.

Como curiosidad, una de las Ramírez Rural 750 quedó inmortalizada en un episodio del famoso programa de televisión “El Chapulín Colorado”, donde fue operada por el legendario actor Ramón Valdéz, añadiendo un toque adicional de notoriedad a esta joya automotriz mexicana.

A pesar de su breve vida en producción y su limitada presencia en las carreteras, la camioneta Ramírez Rural 750 es un testimonio del potencial de la industria automotriz mexicana para crear vehículos únicos y valiosos. Su legado perdura como una muestra de la creatividad y la habilidad de los ingenieros mexicanos para competir en un mercado automotriz global.

entradas relacionadas
Total
0
Share