Las Cosas de la Política
Miguel Ángel Hernández Albarrán.
! Al ladrón, al ladrón! Suele ser el distractor del maleante que busca escabullirse para no ser atrapado, en términos políticos lo usa el corrupto o el fracasado para no ser señalado, los distractores son a veces tablas de salvación momentánea, claro que también queda lo de “ahí viene el lobo” si se busca distraer o desviar la atención a la realidad en la que se encuentra un gobierno o el fracaso de un político.
Estamos ante el declive y el fracaso del proyecto personal de Andrés Manuel López Obrador y su llamada cuarta transformación, inclusive ya pierde la agenda que ponía todas las mañanas, cada vez es mas frecuente el verlo fuera de sus casillas y hasta incoherente, su fuerte es la evasión de su responsabilidad en la gobernanza, sigue encasillado en vivir y echarle la culpa al pasado, pasado del cual por cierto ha sido parte desde sus inicios como político militante del PRI que ahora pretende desaparecer, como lo ha hecho con muchos programas, fideicomisos y hasta políticas públicas, su pretexto de acabar con la corrupción solo lo ha evidenciado como corrupto y corruptor, como omiso y negligente y hasta como presunto cómplice del narco y la delincuencia organizada.
Experto en generar crisis e inexperto en resolver las suyas, por eso siempre tiene a la mano la auto victimización y diferentes culpables, la ligereza de las palabras lo han entrampado y lo descubren como mitomano y farsante, su estrategia de medios se ve cada vez mas acotada en una sociedad que tiene a la mano la información y vive la realidad, mientras el inquilino de palacio vive en su utopía y reconoce que su estrategia es la compra de conciencias y la confrontación entre estratos y clases sociales por la vía de la pobreza que cree vivir en la injusticia y merece la dádiva gubernamental.
Felipe Calderón ha sido el salvavidas permanente ante la criminalidad y la gran cantidad de víctimas del crimen organizado, desde asesinatos, masacres, desapariciones justificadas con la estrategia del “abrazos, no balazos”, como la opuesto a la llamada “guerra de Calderón”, el fracaso de política de seguridad pública tiene ese pretexto a la mano de manera permanente y los mensajes de comunión con el Chapo o el Sr. Guzmán como lo llama respetuosamente son la firma de la impunidad otorgada a la delincuencia criminal que va de la mano con el narcotráfico y los carteles.
La crisis política por la sucesión adelantada y la que vive principalmente su “corcholata” favorita con los incidentes del metro, han encontrado el distractor ideal a su ya evidente fracaso, si, me refiero a que vuelve a tener el pretexto para justificar su rencor con aquel que le ganó en el 2006 y a la vez ratifica su alianza política con el narco, me refiero al juicio que lleva Estados Unidos en contra de Genaro García Luna y que Andrés Manuel López Obrador utiliza para desviar la realidad que conlleva el hecho de que él ya fracasó y por eso desde la mañanera grita a todo pulmón… ¡Al García Luna, al García Luna!
PD. ¿Cuál será el veredicto final en el juicio vs García Luna?, no lo sabemos, sea el que sea, en México será siempre tema político como tabla de salvación del fracaso de AMLO y hasta puede set parte de su derrota final, ¿o no?