El ronroneo del motor de un B-29 rompió el silencio la mañana del 6 de agosto en Hiroshima. Algunos japoneses miraron preocupados al cielo durante un segundo. Al comprobar que solo era un avión el que surcaba el horizonte, volvieron a la rutina de sus vidas.
Los ciudadanos estaban prevenidos sobre este modelo de avión. Si veían aparecer un escuadrón de B-29 debían refugiarse: muy pronto, las bombas llenarían el cielo de la ciudad y caerían sobre sus casas. Pero esa mañana era diferente. Peculiar. ¿Qué hacía un avión solitario surcando el cielo? Nadie puede bombardear una ciudad entera con solo un avión. A estos americanos se les debe haber ido del todo la cabeza, pensarían los ciudadanos de Hiroshima.
De repente, algo salió de la panza del avión y descendió con un paracaídas. ¿Desde cuándo las bombas descienden con cuidado?
Aquellos que vieron ese pequeño objeto caer delicadamente no se esperaban lo que iba a ocurrir a continuación.
Un fogonazo de luz lo iluminó todo durante unos pocos segundos. Entonces se desató el infierno. Calor, mucho calor. Una onda térmica insoportable. Y la destrucción llegó.
Era la primera vez que una bomba nuclear se lanzaba contra objetivos civiles. La primera vez que una sola bomba causaba tanta destrucción. Días más tarde, el mismo patrón se repitió en Nagasaki. Con las mismas consecuencias.
Se estima que estas dos bombas nucleares provocaron 250.000 víctimas entre muertos y heridos. Y fueron las causantes de la rendición de Japón, que pondría fin, tras seis años de conflictos, a la Segunda Guerra Mundial.
Pero todo comenzó a gestarse mucho antes, en concreto el 2 de agosto de 1939.
Ese día, el científico Albert Einstein dirigió una carta al presidente Roosevelt donde le informaba sobre las investigaciones con el uranio de Enrico Fermi y Leó Szilárd y le explicaba la posibilidad de fabricar bombas súper potentes.
Así nació el Proyecto Manhattan, una investigación que llevó a cabo Estados Unidos y que tenía como objetivo fabricar las primeras bombas atómicas. El proyecto fue dirigido por el físico estadounidense Robert Oppenheimer y, años más tarde, la bomba fue probada por primera vez el 16 de julio de 1945 cerca de Nuevo México.
Hoy, casi 71 años después de que el presidente Truman tomara la decisión de bombardear Hiroshima y Nagashaki, el presidente estadounidense Barack Obama ha visitado Hiroshima, siendo el primer mandatario americano en hacerlo.
Estas fotografías desclasificadas arrojan más luz sobre los procedimientos previos a los ataques nucleares. Imágenes que nos dan una visión escalofriante de cómo y dónde se prepararon las bombas más destructivas jamás creadas.
El proyecto Manhattan produjo dos modelos distintos de bombas atómicas. La bomba lanzada sobre Hiroshima, llamada Little Boy, fue construida con uranio-235, un raro isótopo del uranio. Por otra parte, la bomba sobre Nagasaki se llamaba Fat Man y utilizó plutonio-239. Los soldados comprueban las tripas de Fat Man. En la isla de Tinian se crearon muchas bombas de prueba, más o menos idénticas a las bombas finales. Todas funcionaban más o menos de manera idéntica pero estas pruebas carecían de los equipos necesarios para detonar.
A la izquierda, el geofísico del Proyecto Manhattan Francis Birch, marca la bomba que será Little Boy mientras Norman Ramsey, que recibirá en un futuro el Premio Nobel de Física, observa la escena.
Un técnico aplica sellador y masilla para las grietas de Fat Man, una preparación final para asegurarse de que el ambiente dentro de la bomba sería lo suficientemente estable como para sostener un impacto completo una vez que la bomba fuera detonada.
Los soldados y los trabajadores firman con sus nombres y dejan mensajes en la nariz de Fat Man.
Fat Man es montado en un camión mientras los técnicos le echan un último vistazo.
La bomba se lleva envuelta en una lona a la base aérea de North Field en Tinian.
En el campo de aviación, Fat Man se guarda sobre un pozo construido específicamente, antes de ser cargada en el Enola Gay, el avión encargado de arrojar la bomba sobre Hiroshima y Nagasaki.
Los trabajadores verifican Little Boy una última vez, manteniendo la lona por razones de seguridad. Se utilizó un procedimiento similar con Fat Man tres días después.
Una vez listo Little Boy, el Enola Gay, un bombardero B-29 Boeing, se coloca sobre la zanja.
Little Boy se levanta con un elevador hidráulico y se carga dentro del vientre del Enola Gay.
Una vez dentro del avión, la bomba se asegura y todas las conexiones y equipos se comprueban de nuevo.
Original de: Play ground