Dark Light

La empresa china Qiaobi pensó cuál era la mejor manera de promocionar la capacidad blanqueadora de su nuevo detergente para ropa. Su mejor idea fue “blanquear” a una persona. El resultado: el comercial más racista de la historia.

La publicidad cuenta una controvertida historia de amor. Un hombre negro, con un pincel en la mano y manchas de pintura en su playera blanca y en su cara, intenta conquistar a una joven china en un lavadero. Ella, con mirada pícara, le pide que se acerque y cuando él intenta darle un beso, ella le coloca una cápsula de detergente para ropa en su boca y, sorpresivamente, lo mete en la lavadora.

La joven se sienta arriba de la lavadora mientras se escuchan gritos del hombre desde adentro. Cuando la máquina termina su trabajo, sale un joven chino con su remera perfectamente blanca. Entonces la joven sí se muestra enamorada.

“Si no te das cuenta de que es racista, felicitaciones, eres racista”, dijo, por ejemplo, un usuario de Weibo, el Twitter chino.

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