Las Cosas de la Política
Algo pasa en la mente de Andrés Manuel López Obrador, ¿por qué tan enojado, colérico, marrullero y peleonero?, puede ser porque así pulsa qué tanto poder detenta todavía, puede ser que realmente ya se quiera ir, sin dimitir eso sería deshonroso para quien quiere borrar la historia y ser la historia misma y única.
Ya se ha agotado su catálogo de culpables, sus distractores cada vez más pierden efectividad, es popular por su retórica y manejo de las ambiciones y las emociones sociales, maneja a su antojo y conveniencia los pecados capitales del ser humano, el ser popular no lo hace ser un estadista o presidente eficaz (él sigue en permanente campaña electoral como candidato único), tal vez “sus datos” ya no le son tan halagüeños, aunque salga comiendo “garnachas” o hablando de que ya se acabó la corrupción (será que ya le pesa el que estemos en el quinto lugar de los países con mayor corrupción) o de plano hay que hablar de “un ligero desgarre” en su juego de béisbol con equipos y escenario ad hoc.
Por cierto el mensaje de correr, anotar y hablar de un ligero desgarre, puede tener muchas interpretaciones, ¿o no?, el béisbol lo utiliza cuando está abrumado, enojado y por qué no decirlo hasta desesperado, sigue de peleador callejero, no hay casualidades, él hace todo causal, le echa pleito a la OMS por las vacunas que no reconocen, justo cuando en Brasil le quieren armar Juicio Político a Bolsonaro por el mal manejo de la pandemia y aquí ya vamos encaminados a las casi 300 mil muertes (oficiales y según “sus datos”), nada es sin el distractor preestablecido.
Esta semana arrancó atacando ferozmente a un nuevo molino de viento, se fue sobre la UNAM su “alma mater”, los epítetos es lo de menos, lo que debe de preocupar es el fondo del asunto y el verdadero fin del ataque, la crítica y su persistencia, está empecinado a pelearse con todos y contra todo, lo único que protege es al CO, como rubrica de un pacto, trata a dictadores populistas como grandes estadistas y de paso manda mensaje equivocado a Estados Unidos, se envalentona y demuestra el “me vale madre”, muy popular entre los mexicanos, claro remarca tener un pequeño desgarro y que sigue macaneando, mensajes que solo él sabe que significan, al final de cuentas sólo queda preguntar, si está… ¿Desesperado?
PD. Podrán estar de acuerdo o no, pero el país ya se le fue de las manos y no haya a quien culpar de su fracaso.