Por: Raúl Gatica
Luego de acelerar a toda velocidad en el 2016, padecer las inclemencias de la naturaleza, hacer paradas a los pits nacionales para poder abastecerse y continuar la carrera nada fácil que es gobernar Guerrero, hoy Héctor Astudillo Flores, entra acelerando a fondo en la última curva con un calculo preciso para tomar la recta que culmina el 16 de octubre.
El vehículo que le dejó la administración Aguirre-Ortega, al entonces nuevo gobernador de Guerrero, llegó sin gasolina, con llantas ponchadas, oxidado, sin vidrios, a punto desvielarse, con partes del motor incendiadas, y un volante sucio y cuestionado.
Astudillo, experto piloto, no solo condujo a Guerrero a una pista de gobernabilidad y seguridad, sino también entregará a Evelyn Salgado un estado recién afinado, pintado, con componentes nuevos, y listo para volver a arrancar.
Terminando aquí la metáfora, pero si dejando en claro que Astudillo y Evelyn han jugado en equipo luego de 10 reuniones de coordinación para el proceso de entrega recepción del gobierno, sin duda el gran ganador es Guerrero.
El Guerrero que recibirá la gobernadora electa, tiene en los próximos años una gran inversión de desarrollo turístico para el Acapulco Sur, continuidad en el desarrollo inmobiliario que genera empleo, una histórica baja en la deuda estatal -prácticamente la mitad-, una atención a la salud adecuada, infraestructura educativa en los mejores niveles posibles y la mejor relación política con los actores sociales de esta tierra suriana.
La alta aprobación ciudadana y el conocimiento de las acciones del gobierno de Guerrero tienen un encuentro común; la Comunicación Social, área que ha logrado hacer y ser referente, no solo en los medios tradicionales sino en la comunicación digital, factor que ha logrado que la Gobernadora Electa tenga un buen pitch de entrada en su nueva carrera.
Por último y sin demeritar todos los logros obetnidos en las regiones de Guerrero, Astudillo finalmente será recordado como el gobernador que le entró a la solución de los problemas que enfrentó Acapulco en las administraciones de Evodio y Adela; no se pueden concebir el termino de su mandato de los mencionados sin el apoyo estatal.
